lunes, 28 de mayo de 2012

Proyecto Adictos a la escritura: La doble imagen

Hola a todos como están feliz lunes el día de  hoy les traigo el ejercicio de este mes de Adictos a la escritura  primeramente quiero agradecer a todas las personitas que leyeron último relato y también agradecer a todo aquel que me dio su critica constructiva ya que realmente me sirvió de mucho. El proyecto del mes se llama La doble imagen se trata de que se hicieron parejas al azar a cada pareja se le asignó una imagen para ver que escribía cada persona según su percepción de la misma, este es mi segundo relato, me gustó mucho como quedó la historia, espero que también les guste, bueno sin más demoras aquí está:

Naisha
Era hermosa, todos lo sabían. Su belleza era excepcional; atraía las miradas de la gente por donde quiera que pasase. Cuando se acercaba a las tiendas, caminando de la mano de su madre, los dueños le decían: 


«Te voy a robar niña preciosa, señora Chandi, cuídela porque un día se alejará de usted»
 Ella solo sonreía y seguía caminando, lo que no sabía es que esa frase era un presagio de lo que estaba por ocurrir.
Sus padres cuidaban a Naisha, su única hija con el mayor cariño y le brindaban todo lo que necesitaba, ellos eran vaishias, la casta proveniente de las caderas de Brahmā, esmerados artesanos que vendían sus productos en su tienda La flor de los mil vientos, en ella se congregaban desde brāhmanes, no había día en que estuviera vacía.                                                                                                        
A medida que ella crecía, su belleza aumentaba  consigo, en ese entonces tenía siete años sin embargo todos sabían cuán hermosa era, incluso Ayram, el sultán. Últimamente La flor de los mil vientos rebosaba de pretendientes que se acercaban a hablar con Yamir, su padre, para pedirla en matrimonio cuando ella creciera, pero nadie era suficiente para él.           
Un día acudió a La flor de los mil vientos Ayram con el fin de pedir su mano pero su padre lo rechazó por su forma de ser pretenciosa y arrogante.         



Sr. Yamir yo soy el mejor partido para su hija.                  
Aun así eres un presumido, por favor vete de  mi tienda          
Me voy, pero su hija será mía no importa que  tenga que morir intentando conseguirla.    

Yamir escuchó sus palabras mientras lo miraba alejarse de su tienda, iba en su carruaje con su fiel sirviente Darshan. En un extremo de la tienda ella escuchaba toda la conversación pegando la oreja a la suave cortina que cubría la separación entre su casa y la tienda. «Tengo miedo de ese hombre no quiero que me haga nada malo» pensaba ella asustada.                                                                                                               


¿Qué haces allí niña traviesa? No te he dicho que es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas dijo su madre sacándola de su ensimismamiento.
¿Mamá?, ¿papá no hará que me case con el sultán verdad? Dijo entre sollozos.                                                                                                                

No lo creo amor, él sabe lo que es mejor para ti respondió su madre abrazándola tiernamente.

                                                                                                                                      
Esa misma tarde Ayram planeaba la manera de raptarla, convertirla en una chica más de su harem, pero no una simple odalisca, quería que fuese su concubina,la mejor de todas; después de horas de planear llegaron a un acuerdo Darshan la secuestraría y la llevaría directo al palacio amenazándola con matar a sus padres sino hacía lo que el sultán le pedía.                                                                                                                                                           
Durante una semana Darshan merodeó su casa, estudiando uno a uno sus movimientos, sus salidas, las horas en estaba sola en casa. El día martes fue el elegido para secuestrarla, todo estaba fríamente calculado. Entró a su habitación, la luz de la luna entraba por la ventana otorgándole un aire misterioso, ella dormía tranquila. Cuando de pronto un grito se abrió paso en su garganta, el secuestrador se ocultó bajo la cama. Rápidamente su madre llegó a su alcoba y para apaciguar su pesadilla durmió a su lado aquella noche, en cuanto ambas se durmieron él huyo, esa no era su noche.
Al cabo de cuatro días volvió a intentarlo, pero esta vez en la mañana. Ella estaría sola  pues sus padres irían a otro pueblo a comprar sedas. Llegó  a la casa, estaba vacía todos habían salido, en la noche lograría su objetivo era ahora o nunca. Esperó a que llegarán cobijado entre las sombras, era una noche clara, entró al cuarto y la levantó en sus brazos. Vestía una túnica turquesa de delicada seda y su cabello estaba trenzado, salió de allí, la llevó al palacio con los ojos y la boca vendados, la dejó en uno de los aposentos del sultán.
Se sentía asustada no sabía dónde estaba, cuando despertó, miró a su alrededor, se encontraba en una cama suave en el centro de un cuarto enorme, en sus paredes colgaban finos tapices hechos a manos y varias esculturas de oro sobre las repisas.
                                                                                                                                 


¡No me hagas nada quiero irme a mi casa¡.                            


No es posible te vas a quedar aquí conmigo dijo mientras la acunaba en sus brazos y la llevaba a otro lugar.                                                               

Ella se resistía, sacudía brazos y piernas hasta que la bajó en un lugar amplio con una gran fuente en medio, las paredes tenían azulejos, una de ellas con un fresco de una hermosa mujer sentada sobre una roca, el piso era de mármol y había varias mujeres sentadas sobre los cojines en el suelo.

 Al conocer a las chicas supo que cada una llevaba consigo una triste historia sobre cómo habían llegado.Se hizo amiga de las más jóvenes del grupo Mitali y Sarayu de doce y quince años, habían sido secuestradas al igual que ella hace poco tiempo.
Cada día ella recibía las mejores atenciones, era tratada como una princesa, las odaliscas la bañaban con agua de manantial y la perfumaban con esencia de jazmín, este trato preferencial disgustó a muchas de las concubinas, empezaron a conspirar en su contra.    

                                                         ድ ጽ ጽ ጽ ጽ ጽ                                                          
Diez años después
El tiempo transcurrió lentamente y Naisha ya no era la misma niña risueña y positiva que era en antaño, su cuerpo había cambiado, surgiendo en él sus formas juveniles, sus ojos ya no sonreían, el tener que complacer diariamente a ese caprichoso sultán había debilitado su espíritu y entristecido su mirada, manchándola con la marca imborrable del ultraje de su inocencia. A diario pensaba en sus padres muy a su pesar sabía que pasara lo que pasase que no volvería a verlos. Durante todo este tiempo soportó al sultán pero estaba decidida a no hacerlo más, debía escapar lo más pronto posible.
Junto con sus amigas Mitali y Sarayu que habían sido sus confidentes y fuerza para continuar cada día, idearon un plan infalible pero antes de ejecutarlo ella debía entretener al sultán....


Al día siguiente se pusieron manos a la obra, su plan consistía en despistar al sultán y salir por la puerta oculta del palacio, ella lo distrajo diciéndole que la esperara en su cama tan solo tomaría un baño y regresaría en un pestañeo, lograda su distracción se encaminó sigilosamente por el largo pasillo alfombrado hacia la puerta, la salida estaba libre sus amigas habían despistado a los guardias. 


«Soy libre al fin» pensaba ella entre jadeos, perdió la cuenta de cuanto corrió perdiendo así el palacio de vista, tratando de olvidar su mala fortuna. Pero su felicidad no hubo de durarle mucho, pasaron dos días y apareció fuera de su refugio improvisado Ayram junto con Lokesh, el hechicero, un hombre arrugado de baja estatura, le dijo unas cuantas palabras al oído al sultán y golpeó el piso con su bastón, una ráfaga de humo se formó de repente impidiéndole ver a los dos hombres, el anciano arrojó un polvo dorado en el rostro de la muchacha cegándola por completo, el estruendo era espantoso, de pronto sintió el cuerpo ligero como una pluma y cuando hubo pasado el efecto del extraño polvo miró de nuevo, su cuerpo no estaba, en su lugar había un delgado humo de color turquesa que delicadamente se introducía en una lámpara de oro sobre una base de metal con un gato que sorprendentemente se veía muy parecido a ella, en ese momento cerró los ojos entregándose a su destino, escuchó un golpe metálico, luego nada y la oscuridad la rodeó, todo había terminado.             

Si quieren leer la versión de Erzenguel de la misma imagen den click aquí