Proyecto Adictos a la escritura: La frase

Hola a todos como están feliz lunes el día de hoy les traigo mi historia les comunico que a partir de este mes participo en el grupo Adictos a la escritura el ejercicio de este mes se llama La frase y consiste en que cada miembro del grupo propuso una frase, al azar cada frase fue entregada a otro miembro, el objetivo del ejercicio es escribir una historia que contenga la frase que te dieron, la frase que me fue otorgada es: Me encanta como eres debo decir que me gusto mucho hacerlo es la primera historia que escribo, se que no es perfecta pero me gusto como quedo bueno sin más preámbulos les dejo mi historia.

 

Esa Persona especial

Mi nombre es Valentina tengo 16 años, aunque parezca extraño se me hace irrealizable hablar con muchachos de mi edad, es tan complicado… No logro entender cómo es posible que mis amigas July y Hayley puedan hacerlo con tanta facilidad, quizá por eso es que aún no tengo novio, pero no me molesta, siempre he sabido que hay una persona especial esperando por mí, lo único que tengo que hacer es encontrarla.     

Mis amigas dicen que soy divertida, en realidad; soy torpe, todo el tiempo me la paso cayendo, tropezando y golpeando contra las cosas, como si algo estuviera mal conmigo. Mañana tengo que ir a  un taller de liderazgo juvenil en el que mi mamá me inscribió con la intención de que pierda la timidez al hablar con muchachos, pero no sirve de nada, me mantengo al margen, en los recesos me escabullo con un libro, me siento en mi silla habitual y leo, cuando lo hago es como que con cada página se activára un campo de fuerza que me vuelve invisible e intocable. El taller es tedioso y lo peor es que tengo que ir sola.     

Falta poco tiempo para salir de este lugar y poder regresar a mi vida, reúno mis cosas, me dispongo a irme, camino a paso lento pero no me percato de la presencia de un cuaderno en el piso, de pronto resbalo y mis cosas caen conmigo, mientras las recojo veo otra mano que me ayuda, cuando dirijo mi mirada hacia el dueño de la mano me sorprendí.   

―Hola soy Adam, ¿cuál es tu nombre? ¾dice él extendiendo su mano¾. Es el muchacho que me atrajo desde el primer día en este taller, la primera vez que lo vi mi corazón dio un vuelco, tiene 17 años, su cabello es café, sus ojos de color miel, su piel blanca un poco tostada por el sol, sus pestañas largas y rizadas, es perfecto.                                                                                                         
¾Sosoy Valentina ¾respondo tartamudeando.       

No puedo creer que él me está hablando, he anhelado este momento desde que lo vi, pero estoy congelada. No sé que más decir recojo mis cosas.

¾Adiós me tengo que ir ¾le digo   

¾Espera no te vayas, ¿Te puedo acomp….                                                                                                                                                                                                                                                                           

No escúcho lo último que dice, su voz se desvanece con el sonido de mis pasos al correr y con mi corazón que parece que se me va a salir del pecho.

Al llegar a casa se lo cuento todo a mis amigas y espero impaciente la llegada del próximo viernes para ver de nuevo a Adam.          

Es viernes, nunca estuve más emocionada porque llegára este día. Llego temprano al taller no puedo concentrarme solo quiero ver a Adam, los minutos pasan lentamente y lo imagino junto a mí.                   

Pero un momento hay alguien más aquí, alguien que no hubiera querido nunca volver a ver, sus pasos se acercan rápidamente, el sonido de sus tacones me pone en alerta, es Leslie, la popular del colegio, junto con su séquito de seguidoras Mayra y Leila.
¾Hola rata ¾me dice burlona Leslie¾. ¿Sigues comiendo libros?
¾¿Y tú sigues vomitando todo tu almuerzo?, no tengo tiempo para tus burlas.       
¾¿Cómo, mi almuerzo? ¾dijo ella con confusión¾  Conque no tienes tiempo, no te preocupes nosotras sí; cuando terminó de hablar ella y su séquito me lanzan contra la pared y arroja mi libro a un charco de agua, al instante el libro se arruina.       
¾Déjame en paz  ¾susurro¾. ¿Qué te he hecho yo? ¾digo mordiéndome el labio para evitar llorar.       
¾Oh la bebé va a llorar ¾se burlan Leslie y su séquito mientras se alejaban de mí.
Quiero irme lo más pronto posible no lo soportaría si él me veía así. En ese momento se acercó a mí.      
¾Quiero hablar contigo ¾me dijo con voz seria      
Trato de caminar más a prisa pero mis pies no se mueven      
¾Está bien ¿Qué quieres? ¾le digo enojada.                                                    
De pronto su expresión cambia, sus facciones revelan un aire de tristeza y preocupación, profunda preocupación, camina hacia mí y me dice:     
¾Saber que te sucede, sé que no estás  bien, quiero ayudarte. ¾dice él acercándose a mí.     
Esa cercanía peligrosa bloquea mis pensamientos, una montaña rusa sube y baja en mi interior, estoy muy confundida simplemente miro al piso. Rompiendo mi ensoñación paso algo que me hace volver a la realidad, ahora sus manos toman mi rostro obligándome a mirarlo a los ojos, me impiden pensar con claridad, de pronto las lágrimas inundan mis ojos, él las enjuga, no puedo soportarlo más, ¿Por qué me tortura? ¿Qué quiere de mí? Sin previo aviso las retiro violentamente de mi rostro.                                                          
¾Lo siento tengo que irme, tú no me dejas pensar ¾le digo con voz temblorosa por el llanto y me alejo corriendo de él. Por la prisa mi mochila cae y me tropiezo con ella cayendo de bruces al suelo.
Él se apresura a ayudarme me pregunta si estoy bien, pero no lo estoy y se lo digo gritando. Venzo mi miedo y le cuento todo lo que pasó con Leslie.
¾Tranquila no te pongas mal por causa de esas chicas  ¾dice él tratando de calmarme. 
¾Es que tu no entiendes siempre ha sido así, toda mi vida ha habido alguien que me hace sufrir, no entiendo porque, ni siquiera les doy motivos para odiarme pero ellos lo hacen. ¿Por qué tiene que ser así?             
¾Porque la gente es mala no todos tratan bien a los demás, lo más seguro es que sea por envidia.
¾¿Envidia? ¿De mí? ¾lo cuestiono dudosa¾. No tengo nada que alguien pueda envidiar.     
¾Eso no es cierto, eres hermosa, inteligente y buena persona, tus palabras reflejan la pureza de tu alma. 
¾¿Enserio  eso crees?                                                                                                          
¾No lo creo, lo sé.                                                                                                            ¾Que tierno, pero sé que lo dices solo por animarme, sé que todos odian mi forma de ser, me odian por ser torpe, habladora, me odian por ser diferente.                 ¾Pues no todos, a mí me encanta como eres, y eso es lo que importa.

No puedo creer lo que él dice, pero no tengo tiempo de pensarlo, Adam se acerca cada vez más a mí, inclina su cabeza y nuestros labios se juntan en un beso que es mágico, en ese instante descubro que quizá he encontrado a mi persona especial...